Rebautizado en la calles como el Tratado de Carne y de Cerveza
Me parece pertinente señalar que, en las polémicas discusiones sobre los alcances de este tratado, siempre viene a colación que la renuncia de los Estados Unidos al monopolio del ferrocarril nos costó que, por “la seguridad del Canal”, no se permitiera a ningún otro país construir o controlar una ruta transístmica; así como también se dejó a discreción del gobierno norteamericano hacer otra carretera estratégica dentro de la zona del canal.