
La invasión de EEUU a Panamá el 20 de diciembre de 1989, es un acto que no tiene ninguna justificación. El argumento de que el canal y su operación estaban en peligro no se compadece con la verdad. El hecho cierto es que toda la cúpula militar de ese entonces se había convertido en un estorbo para EEUU. Particularmente su ex empleado Noriega quien estaba vinculado a delitos graves.
Siendo ese el caso, si la decisión de EEUU era “regime change”, como lo caracterizan, una operación relámpago de tomar preso a Noriega y su cúpula hubiera sido mucho menos dolorosa para nuestro país y se hubieran evitado quién sabe cuántos muertos!
También hay que aprender de la experiencia – para jamás repetirla – de no poner en riesgo nuestros intereses nacionales convirtiéndonos en una amenaza a nuestro principal socio histórico ( EEUU) y a su seguridad, cosa que hizo su ex empleado. Ojalá jamás volvamos a vivir el denigrante espectáculo de ver a muchos panameños aplaudiendo al ejército invasor. Eso es una muestra clara del nivel de descontento y frustración de la sociedad panameña con la dirigencia del momento.
Si ese grupo de militares hubiera aceptado mi consejo – dado a ellos en la Presidencia después de la aplastante derrota de las elecciones – y hubieran aceptado el triunfo del ex presidente Endara y negociado una salida “airosa”, se hubiera podido evitar la invasión. Noriega y sus adláteres rechazaron en varias ocasiones una negociación y salida, particularmente después del triunfo electoral.
Dr. Ernesto Pérez Balladares
Presidente de la República (1994-1999)