
Las nuevas generaciones ni se imaginan el antes y el después del Aeropuerto Marcos A. Gelabert.
Desde que inició sus operaciones en 1934, todos le decíamos «Aeropuerto de Paitilla». No fue sino hasta 1952 que el gobierno de la época ordenó renombrarlo como «Marcos A. Gelabert», en honor a este destacado piloto panameño.
Antes de proseguir con la historia del aeropuerto, hagamos un alto para conocer brevemente la trayectoria de este hombre, considerado el padre de nuestra aviación civil. Su nombre completo era Marcos Antonio Gelabert Damian y nació en ciudad de Panamá el 25 de enero de 1908. Se formó como piloto y mecánico de aviación en Estados Unidos, recibiendo sus respectivas licencias en 1928 y 1929. También realizó estudios de aviación militar en La Habana, donde obtuvo en 1930 el título de Piloto Aviador con el grado de Segundo Teniente del Ejército de Cuba. Pero sus mayores logros los hace en suelo panameño, donde inicia su carrera en 1931 como aviador de la Policía Nacional.
Más adelante, en 1933, junto a Enrique Malek crea «Aerovías Nacionales S.A.» para cubrir la ruta Panamá-David con servicio de pasajeros, correo y carga. Un año después, justamente en el recién inaugurado Aeropuerto de Paitilla, abre la primera escuela de aviación civil que se llamó «Academia Nacional de Aviación». A partir de ese momento, Gelabert se convierte en un personaje que sostenidamente hace grandes aportes a la aviación de nuestro país con diferentes iniciativas; hasta su muerte en un accidente en Calobre, Veraguas, el 2 de mayo de 1952. Veintidós días después se rebautiza con su nombre el Aeropuerto de Paitilla.
Cierre inminente
Para cuando inició la administración del Dr. Ernesto Pérez Balladares el crecimiento urbano y las proyecciones de expansión de Paitilla con los planes de modernización de la infraestructura vial, específicamente con el desarrollo del Corredor Sur, dejaban claro que el Aeropuerto Marcos A. Gelabert no podría continuar operando en el lugar.
Aterrizar en Paitilla. Vídeo del archivo personal del presidente Pérez Balladares.
Entonces, el director de Aeronáutica Civil designado por el gobierno, Eustacio Fábrega, comenzó a evaluar opciones para la construcción de una nueva terminal en otra área de la ciudad. Al final, esa posibilidad quedó descartada por diversas razones y el presidente Pérez Balladares sugirió trasladar el Marcos Gelabert a la antigua base militar estadounidense de Albrook, que sería entregada a Panamá por efecto de los acuerdos canaleros en septiembre de 1997.
Una vez tomada esta decisión, el asunto no fue tan sencillo. Al Ejecutivo le correspondió resolver varios aspectos delicados, comenzando por el hecho de que las instalaciones del aeródromo de Albrook estaban concebidas para la operación de helicópteros militares y no para aviones comerciales. Por esa razón, la idea del presidente Pérez Balladares inicialmente encontró resistencia en los estadounidenses. Eventualmente el asunto se resolvió con un canje de notas entre nuestro canciller, Gabriel Lewis, y el embajador de los Estados Unidos en Panamá que permitió la ampliación de la operatividad de la pista.
Adecuación
La inversión para acondicionar las instalaciones de Albrook alcanzó los 13 millones de balboas y fue sufragada por ICA, Ingenieros Civiles Asociados, la constructora mexicana que ganó la licitación para el desarrollo del Corredor Sur. A cambio, recibieron las 29.5 hectáreas de tierras donde operaba el Marcos Gelabert. La Dirección de Aeronáutica Civil (DAC) cedió dichos terrenos al Ministerio de Hacienda y éste los transfirió a ICA.

Para ejecutar su parte, la empresa contrató los servicios de la Constructora Urbana S.A. (CUSA). Fue un trabajo complejo porque, para cumplir con el cono de aproximación de la pista, las cabeceras fueron desplazadas a mucho más adelante que el principio y fin que tenía originalmente. Al terminar la adecuación, Albrook quedó con una pista de 1,800 metros de largo, 30 metros de ancho y 15 metros de hombro. El consorcio también construyó la terminal del aeropuerto y habilitó un área con toda la infraestructura necesaria de luz, agua y teléfono para levantar unos 70 hangares. Al momento del traslado, según estadísticas de la DAC, en el Marcos Gelabert se realizaban anualmente 54 mil operaciones aéreas.
En la noche del 4 de enero de 1999 se procedió al cierre de las instalaciones de Paitilla. Al amanecer del 5 de enero, las operaciones del aeropuerto en Albrook estaban al 100%.
Albrook: un largo camino
En un periodo de cien años la pista de Albrook pasó por dos etapas muy diferentes: de pequeño aeropuerto comercial de la antigua zona del Canal, el primero en recibir vuelos internacionales, a la principal base aérea de las fuerzas militares estadounidenses en el Pacífico a cargo de la defensa de la vía interoceánica. En este escenario tan estratégico, incluso sirvió de base para aviones de combate durante la Segunda Guerra Mundial.
En 1922, cuando los estadounidenses pensaron en hacer un aeródromo en el sector del Canal sobre el Pacífico, les pareció buena idea usar un terreno en la localidad de Balboa, a cinco kilómetros de la capital. Fue inaugurado en 1924 e inicialmente lo llamaron «Campo de Aterrizaje de Relleno de Balboa». Poco tiempo después cambiaron su nombre a «Albrook Field», en honor de su primer comandante, Frank Albrook, muerto ese año en un accidente aéreo.
Al empezar la década de los treinta, cuando en Washington sintieron la urgente necesidad de afinar su estrategia geo-militar en Panamá, el aeródromo tomó una relevancia muy diferente. Entre 1930 y 1932 construyeron lo que conocemos como las instalaciones originales de Albrook, incluida la línea de vuelo, tres de los cuatro hangares, así como los cuatro cuarteles originales para alistados (800, 802, 804 y otros edificios). Para 1936 la pista ya estaba asfaltada. En la década de los cuarenta se realizaron otras ampliaciones y en 1948 pasó a ser una Base de la Fuerza Aérea en la que asignaron varios comandos, incluyendo el Comando Sur de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos. También sirvió de sede para la Academia Interamericana de Fuerzas Aéreas (IAAFA).
Mucho después del fin de la Segunda Guerra Mundial, en julio de 1974, el aeródromo, los hangares y el edificio 1011 pasaron de la Fuerza Aérea al Ejército y rebautizados como «Aeródromo del Ejército de Albrook». A los pocos meses, en febrero de 1975, fue redesignada como Estación de la Fuerza Aérea de Albrook. Entonces, los aviones y las unidades militares de los norteamericanos se trasladaron a la Base de Howard.
Por último, el 1 de octubre de 1979, por efecto de los Tratados Torrijos-Carter, las instalaciones de Albrook fueron revertidas a nuestro país, junto con el Área PAD (Depósito Aéreo de Panamá) adyacente. Estados Unidos se comprometió a desalojar las instalaciones para fines del siglo XX, cosa que efectivamente ocurrió el 30 de septiembre de 1997. Para entonces, la base fue valuada en casi $400 millones.
A continuación dejamos extractos de dos vídeos grabado por el exdirector de DAC, Eustacio Fábrega, durante un aterrizada y un despegue en las actuales instalaciones del Aeropuerto Internacional Marcos Gelabert. Sin duda, Panamá progresó.