Sin piedad a los Fake News

La demanda del presidente Ernesto Pérez Balladares por 5.5 millones de dólares en contra de la Corporación La Prensa NO coarta de ninguna manera el ejercicio del periodismo y mucho menos a la libertad de información en el país. Es una acción judicial que enfrenta la acostumbrada práctica en ese periódico de crear información falsa para destruir públicamente a quienes sus dueños decidan sepultar en vida.

A juicio del Dr. Ernesto Pérez Balladares, si a La Prensa le toca cerrar sus puertas tras 44 años de existencia es únicamente por el ejercicio de un periodismo amarillista, que lo ha convertido en un medio de comunicación indeseable para pautas publicitarias de pequeños o grandes patrocinantes que cuiden su prestigio. Lo más grave es que, cuando quedan al descubierto en la manipulación de la información, tienden a trasladar sus errores a terceras personas que no tienen nada que ver con las prácticas antiéticas que los han llevado a la ruina, señala el exmandatario.

En la trama de la demanda contra La Prensa que ahora está en la Corte Suprema, el periódico acaba de acusar a un fiscal de haberse equivocado en la cantidad de dinero que supuestamente se movió en una cuenta off-shore que intentaron vincular sin éxito al Dr. Pérez Balladares en la investigación de un presunto caso de blanqueo de capitales en el año 2011.

El equipo de abogados del expresidente explica que lo que realmente ocurrió fue que La Prensa hizo una interpretación errada de una información que alguien dentro de los estamentos del gobierno en ese momento les filtró del expediente reservado que estaban armando. Allí había un dato sobre los movimientos de unas cuentas en un banco determinado. La Prensa asumió que la investigación apuntaba a que alguna de las cuentas reflejadas era del presidente Pérez Balladares. Peor aún, el periodista que manipuló la información no se percató que los montos expuestos en el expediente, 176 millones de dólares, correspondían a todos los movimientos internos de ese banco en un día específico.  Con o sin intención, publicó entonces que esa cifra pertenecía a Pérez Balladares.

Más allá del hecho que es un delito exponer información de un expediente reservado, la gente de La Prensa cometió otro error aún más grave: no analizaron la información recibida con otra fuente confiable, como un experto en banca y finanzas. Simplemente acomodaron los datos a una narrativa que evidenció un afán de señalar de forma directa y sin fundamento que el presidente Pérez Balladares estaba involucrado en una investigación de la Fiscalía contra la Delincuencia Organizada del Ministerio Público.  

Al día siguiente de la primera publicación hecha por La Prensa, el equipo legal del Dr. Pérez Balladares se comunicó con el medio para avisarles que habían cometido un error; pero insistieron en difundir dos veces más la misma información falsa. Por eso, tanto para el exmandatario como para sus abogados es inaceptable que el periódico intente hoy lavarse las manos acusando a un fiscal de equivocarse en la indagación.

La demanda civil por daños y perjuicio fue interpuesta por el expresidente un año después de las cuatro publicaciones que hizo La Prensa para señalarlo en el delito de blanqueo de capitales. En ese tiempo, el medio nunca mostró interés en retractarse. Entre los alegatos del equipo jurídico del Dr. Pérez Balladares no solo destacan el daño moral y el desprestigio nacional e internacional de su imagen, sino la posible presión mediática indebida hacia el juez que atendería una audiencia preliminar a la que su cliente debía acudir por aquel caso. Clic aquí para ampliar la información de esta trama judicial.

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