Cedras fue considerado el “hombre fuerte” de Haití entre 1991 y 1994.
Pérez Balladares, quien se encontraba en una cumbre de presidentes centroamericanos en Nicaragua, dio el visto bueno para este asilo político luego que desde EE.UU. hasta el secretario general de la OEA, César Gaviria, le expresaran la necesidad de conceder un destino a los militares haitianos rebeldes para lograr el retorno de la democracia en Haití. El mandatario panameño señaló que sólo otorgaría refugio a los golpistas si se lo solicitaba personalmente Aristide; y así ocurrió. el Gobierno de Panamá recibió una carta del presidente derrocado, quien agradeció la ayuda que la nación del caribe retornara a la calma.
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La historia de Haití se ha caracterizado por infinidad de golpes de Estado, invasiones de exiliados, disturbios, tomas del palacio, protestas generales, intentos de magnicidio y desastres naturales.
El 30 de septiembre de 1991 un movimiento militar derroca del poder al presidente electo Jean-Bertrand Aristide. El líder de la junta golpista era el general Raoul Cedras, quien desafió al todopoderoso vecino Estados Unidos. Cedras había sido nombrado previamente como comandante de las Fuerzas Armadas y garantizó la seguridad de las primeras elecciones libres en Haití.
Sin embargo las violaciones a los derechos humanos, el aumento de la pobreza y la corrupción acabaron con la paciencia de los haitianos quienes salieron a las calles a exigir el restablecimiento del presidente depuesto Arístide.
Estados Unidos reaccionó ante el aumento de inmigrantes haitianos quienes huían hacia su territorio y decidió invadir Haití el 19 de septiembre de 1994. La operación militar se llamó Uphold Democracy o Defender la Democracia y fue aprobada por las Naciones Unidas.
La fuerza multinacional tenía como objetivo garantizar la salida segura de los jefes militares haitianos, que tendrían que renunciar, la llegada de equipos de policía internacionales después de la partida de los militares y el restablecimiento de la democracia.
La ocupación en Haití no era una novedad. El 28 de julio de 1915, el ejército estadounidense invadió el país luego de una serie de sucesos violentos que culminaron con el asesinato del dictador Vibrum Guillame Sam, quien había llegado al poder luego de una serie de gobiernos de facto. Estados Unidos permaneció en Haití hasta 1934.
Pero, volviendo al 19 de septiembre de 1994, los primeros soldados llegaron en 10 helicópteros que aterrizaron en la capital haitiana esa mañana. Pero ya hacía días que varios buques de la marina estadounidense se habían apostado en las costas de Puerto Príncipe ante la inminente invasión.
El 14 de octubre de 1994, el ex presidente estadounidense Jimmy Carter envío al presidente Pérez Balladares una correspondencia que comenzaba señalando que aunque la comunidad internacional estaba consciente que para restaurar la democracia en Haití se necesita su apoyo, «muy pocos dieron el paso hacia adelante para tomar las duras decisiones que ayudaron a llegar a esa meta. Fuiste uno de los líderes del hemisferio que demostró el coraje en tus convicciones al responder favorablemente a la propuesta del presidente Jean-Bertrand Arístides de aceptar a los lideres militares de Haití que dimitieron de su mando y abandonaron su país«.
Líneas más abajo Carter decía que era probable que «tu decisión no sea inmediatamente popular, pero, como los tratados del Canal de Panamá han sido en los Estados Unidos, tu decisión será vista como previsora y sabia«.
Si quieres conocer qué más decía esta misiva, clic aquí para descargar: Crisis Haití-Jimmy Carter-14 octubre 1994