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Torrijos: el origen de las empresas mixtas

En su gobierno, Pérez Balladares aplicó la receta que el general Torrijos uso en el oleoducto transístmico. Esta es una exitosa historia de alianza público-privada.

Al llegar al poder, el presidente Ernesto Pérez Balladares dejó a un lado el plan de la administración Endara/Ford para privatizar todas las empresas del Estado. Prefirió emular la receta que el general Torrijos aplicó para el famoso oleoducto transístmico de Panamá. Esta es una exitosa historia de alianza público-privada.

En su libro «El Panamá que construimos», el Dr. Pérez Balladares recuerda: 

«La visión futurista de Torrijos también nos permitió darnos cuenta de que no necesariamente el Estado tenía que ser el dueño de todo, sino que podía encontrar en el sector privado el socio perfecto para impulsar proyectos de gran envergadura. La oportunidad de corroborar esto se presentó en 1977, poco después de la firma de los Tratados, cuando la producción de petróleo en Alaska aumentó sustancialmente. En vez de exportar esos excedentes a otros mercados como Japón, que era el país más cercano en el océano Pacífico, los norteamericanos decidieron enviar aquellos grandes volúmenes a la costa este de los Estados Unidos utilizando unos buques petroleros conocidos como Very Large Crude Carrier (VLCC). Pero estas embarcaciones eran tan enormes, que no podían transitar por el Canal de Panamá, que era la forma más simple para hacer llegar el crudo a su destino final en el Atlántico.

En medio de esa coyuntura, los hermanos Harold y Raymond Bernstein, dueños de una pequeña empresa norteamericana que no representaba mayor cosa frente a las siete grandes compañías que en esa época lideraban el sector, se animaron a construir en Panamá unas instalaciones petroleras en la Bahía de Charco Azul, cerca de la comunidad de Puerto Armuelles ubicada en la Costa Pacífica, para hacer el trasiego de los barcos grandes a otros más pequeños que pudieran pasar por la vía interoceánica.

Omar se entusiasmó con aquella iniciativa. ¡No era para menos! Las otras compañías solo veían posible ese trasiego en alta mar. Así que el general aceptó darle a los Bernstein todos los permisos, con la condición de que el Estado panameño fuese socio. No solo era la oportunidad de concretar una inversión extranjera que generaría nuevos empleos y mayores ingresos por el pago de impuestos, sino una asociación que permitiría al país recibir una parte de las ganancias de un lucrativo negocio».

La receta

Correspondió al Dr. Pérez Balladares, que ejercía el cargo de “Asesor Fiscal del Jefe de Gobierno”, evaluar y ejecutar esta novedosa idea, con la colaboración del entonces director de Ingresos, Fernando Aramburú Porras. Tiempo después, entre 1982 y 1996 él pasó a ser el Gerente General de esta primera empresa mixta del país que se llamó Petroterminal de Panamá (PTP), conocida luego como el Oleoducto Transístmico.

El acuerdo inicial fue que el Estado panameño empezaría con 25% de las acciones y que el patrimonio que aportaría serían las concesiones, el derecho de construir puertos en las dos terminales y el derecho de vías para el oleoducto. Los hermanos Bernstein se encargarían del financiamiento, el know-how y los contactos.

Las instalaciones de Charco Azul fueron inauguradas el 10 de abril de 1979. Un año después comenzó la construcción del oleoducto que atravesaría el Istmo y una terminal de petróleo en la Costa Atlántica, específicamente en la Laguna de Chiriquí. Con el tiempo, el Estado logró un incremento en el número de sus acciones, haciéndose del 40% del negocio.

En este vídeo, Fernando Aramburú, ex-director general de Ingresos (1977) y ex-gerente general de Petroterminal de Panamá (1982-1996), relata el éxito que logró aquel experimento torrijista y los aportes que esta alianza público-privada ha hecho a la economía nacional. Cuando termine de ver este vídeo, comprenderá porqué Pérez Balladares no privatizó, sino que hizo empresas mixtas.

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