… «me di cuenta de que sería bien cuesta arriba convencer a la militancia perredista de que el partido estaba en coma, con los pies más allá que acá, pero aún con signos vitales y por tanto era un crimen enterrarlo».
En su libro «El Panamá que construimos», el Dr. Ernesto Pérez Balladares relata que el 4 de enero de 1990, a dos semanas de la Invasión, una pequeña comitiva de altos funcionarios estadounidenses lo visitó en su casa para hablar de la posición del PRD frente a la intervención militar y el futuro del partido a corto plazo. Los detalles de este insólito acontecimiento no lo contaremos en este artículo; pero lo sí desatacaremos que el autor señala que esa conversación le indicó que el partido no estaba muerto sino en coma.
Con el correr de las semanas, una serie de situaciones delicadas con el gobierno de Guillermo Endara «provocaron a lo interno de nuestro muy disminuido partido, y me refiero a los torrijistas, inquietud e incertidumbre por el futuro. ¿Qué pasaría con los Tratados Torrijos-Carter?», dice Pérez Balladares.
Fue así como decidió emprender una cruzada para recuperar al PRD, sin hacerse falsas expectativas, según detalla en su libro:
… «me di cuenta de que sería bien cuesta arriba convencer a la militancia perredista de que el partido estaba en coma, con los pies más allá que acá, pero aún con signos vitales y por tanto era un crimen enterrarlo. Mientras existiera un soplo de vida, había esperanza y yo estaba dispuesto a agotar todos los recursos para revivirlo.
Para que comprendas bien hasta donde llegaba el desahucio del PRD, imagínate que luego de sacar a la mayoría de nuestros compañeros que habían ido a parar a la cárcel injustamente, en nuestro afán de volvernos a congregar, comenzamos a viajar al interior Mitchell Doens, Fito Duque, Gerardo González, Pachi Cárdenas y yo para contactar a algunos militantes. ¡Aquello era toda una aventura de clandestinidad! Para pasar desapercibidos nos movíamos en un carro muy modesto, en buen estado, pero bien básico. Luego, hacíamos lo imposible para llegar de noche, para evitar que la gente nos viera. Cuando eso ocurría, nunca faltaba alguien que llamaba a la policía para denunciarnos como si fuésemos maleantes o peligrosos guerrilleros. Muchos se enfrascaban en que tenían que arrestarnos o, en su defecto, exigían nuestra salida de la localidad. Les puedo jurar que cuando enfrentábamos este tipo de situaciones me venía a la cabeza la imagen de una hoguera recién apagada. Si quedaba alguna cosa debajo de las cenizas, ¡eso éramos nosotros!
El otro reto de esas incursiones al interior era que el perredé que nos recibía en su casa lograra convocar al menos a tres, cuatro o en el mejor de los casos diez compañeros para explicarles nuestro plan de resurrección. Si eso ocurría, los que asistían lo hacían también a escondidas de sus vecinos, amigos y hasta familiares. Era una situación muy incómoda, pero reconozco que si avanzábamos a ese nivel, entonces nos sentíamos victoriosos.»
En los archivos personales del Dr. Pérez Balladares reposan antiguos vídeos de algunas de estas reuniones con la pequeña militancia del PRD. Pudimos digitalizar varios minutos de los encuentros más importantes que se desarrollaron en 1993 y los fusionamos en un solo audiovisual que te dejamos a continuación como testimonio fidedigno de esta histórica cruzada.
Estrategia electoral
En un momento determinado, la masa crítica de los torrijistas, que estaba conformada por el Comité Ejecutivo Nacional y mucha gente de la Comisión Política del Partido, comenzó a creer firmemente que era posible la resurrección del partido. «Todos coincidíamos en aplicar un programa de estrategias para en cinco años, de cara a las elecciones del 94, lograr mayoría en la Asamblea Nacional. Luego, trabajaríamos otros cinco años para luchar en el 99 por el Palacio de las Garzas», asegura el Dr. Pérez Balladares en su libro.
A petición del CEN, el candidato presidencial para el 94 sería «El Toro». Aunque al principio a Pérez Balladares no le gustó la idea, terminó por aceptarla: «Yo me inmolaría, pero ellos tendrían que revivirme para los comicios de 1999. No aceptaría otra cosa», comenta en «El Panamá que Construimos».
Cuando todos estuvieron de acuerdo, comenzaron el camino hacia los comicios del 94 aplicando la gran lección que les enseñó Omar en los años setenta: traducir correctamente las inquietudes de los panameños; establecer sus prioridades y construir con eso un objetivo país que unificara a todos.
Así fue como se enfocaron en la recuperación económica con desarrollo social; la soberanía nacional de cara a la reversión de la zona canalera y la promesa de que, con el retorno del PRD al poder , Panamá entraría al siglo XXI siendo una nación justa, equilibrada, libre, tolerante, solidaria, eficiente, productiva y civilizada.
La unidad del pueblo para reconstruir Panamá se convirtió en el tema central de la motivadora campaña del PRD para aquella contienda.
De ahí se desprendió la frase «no importa tu color, ni tu apellido»; que sirvió como punto de partida para las propuestas concretas del candidato Ernesto Pérez Balladares.
Aquí te dejamos algunos de los comerciales televisivos que mostraron con mucha creatividad los objetivos que estaban sobre la mesa para el quinquenio 94-99, si el PRD renovado por el espíritu torrijista llegaba al poder.
Profundidad
Es absurdo pensar que una conmovedora campaña electoral era lo único que se necesitaba para poner en la silla presidencial al «Toro» Pérez Balladares. Asunto más profundos movieron al electorado.
Entre los archivos personales del Dr. Pérez Balladares existe un artículo escrito por el abogado Renato Pereira, quien cuenta con un doctorado en Ciencias Políticas de la Universidad de La Sorbonne, en el que se hace una interesante ponderación de hechos históricos que bien sirve para comprender el contexto que permitió al PRD resurgir de sus propias cenizas en las elecciones generales de 1994.

«El domingo 8 de mayo, es decir, dentro de pocos días, un millón y medio de panameños elegirán un nuevo presidente, 71 diputados, 67 alcaldes y más de 500 concejales; serán las primeras elecciones que se realizan en el «Istmo» sin la influencia decisiva de los militares que lo controlaron entre 1968 y 1989», señalaba Pereira al iniciar su artículo.
A partir de allí, se dedica a destacar una serie de circunstancias históricas que explicarían por qué, aunque participaban 16 partidos políticos en las elecciones del 94, el PRD encabezaba todas las encuestas, a pesar de que había sido declarado «difunto» por haberse convertido en el brazo político de las fuerzas armadas.
Luego, al hacer su análisis de la situación país en 1994, Renato Pereira señala que.
«El régimen de turno no ha superado en nada a los distintos gobiernos anteriores. Endara ha fracasado en todos los terrenos. Cierto, ha habido un crecimiento del 8% y el mundo de los negocios y las grandes firmas de abogados han prosperado enormemente… Pero, al mismo tiempo, la pobreza extrema se ha extendido al 50% de la población, según denunció la Conferencia Episcopal Panameña; el 27% de la población activa está desempleada y el empleo se ha convertido en sueño irrealizable para los 30 a 40 mil jóvenes…»
Ya finalizando el texto, el autor señala:
«Recién instalado el gobierno de Endara contrajo con las IFIS el compromiso de privatizar y abrir la economía panameña. Fuera de la empresa agrícola «Cítricos de Chiriquí» y de un hotel de cuarta categoría de la isla de Taboga -donde vivió algún tiempo y, probablemente, pintó Paul Gauguin, Endara no ha privatizado un sólo tornillo».
Pereira señala además que el 64% de la opinión nacional se oponía, a la «privatización salvaje» y que casi todos los sectores productivos del país condenaban el Plan Ford. En ese contexto, a su manera de ver, «el PRD no ha sucumbido al canto de sirenas del populismo… El partido de Torrijos se ha colocado al centro y parece haber contraído nuevas nupcias con la modernidad».
Clic aquí para leer el artículo original: El PRD-De la clandestinidad al poder
Huellas del pasado
Comprender la dimensión del Resurgir del PRD también pasa por entender lo que ocurrió en 1989; y aún más atrás, a finales de los sesenta y toda la década de los setenta. Ese es el objetivo de este vídeo, con el que cerramos el tema.