A pocos días para las elecciones de 1994 el ambiente político estaba caliente. Corría el temor de que, si ganaba el PRD, regresarían los días oscuros de la dictadura militar.
En respuesta, el equipo de campaña del candidato Ernesto Pérez Balladares desarrolló una serie de mensajes institucionales que te dejamos a continuación. Más abajo, desplegamos la historia de esta guerra sin cuartel para evitar el triunfo de los torrijistas que, según todas las encuestas, se habían convertido poco a poco en los favoritos del electorado.
Contexto
El panorama electoral en 1994 lo conformaron quince partidos políticos y siete aspirantes a ocupar el Palacio de las Garzas:
- Mireya Moscoso (Partido Arnulfista/Alianza Democrática);
- Rubén Darío Carles, mejor conocido como “Chinchorro Carles” (Cambio´94/Renovación Civilista);
- Eduardo Vallarino (Partido Demócrata Cristiano, hoy Partido Popular);
- Samuel Lewis Galindo (Concertación Nacional/Partido Solidaridad);
- José Salvador Muñoz (Partido Panameñista Doctrinario);
- Rubén Blades, (Movimiento Papa Egoró); quien parecía ser un portento, no solo por su carisma, sino porque logró reunir a un grupo de intelectuales, de profesionales jóvenes, de gente muy buena que realmente se preocupaba por los problemas del país.
- Ernesto Pérez Balladares (PRD y Alianza Pueblo Unido).
En el escenario de los medios de comunicación, estaban por un lado los escritos: La Prensa, tradicional y radical enemiga de todo lo que oliera a militares y al PRD. La Estrella de Panamá que procuraba mantener siempre un equilibrio informativo. Y el grupo de la familia Arias-Madrid integrado por los diarios Crítica y Panamá América que sin dudarlo apoyaba a los panameñistas. A ellos se le sumaban los periodistas de la radio y los de los pocos canales de televisión que eran absolutamente anti PRD, algo que se notó a leguas durante el debate de los candidatos presidenciales. «Es que, hasta el periodista del canal de mi primo, Telemetro canal 13, rechazaba abiertamente a nuestro partido. Solo la presentadora de TVN mostraba un poco de amabilidad hacia mi propuesta», recuerda el Dr. Ernesto Pérez Balladares en su libro «El Panamá que construimos».
Campaña sucia
En la recta final para las primeras elecciones verdaderamente democráticas después de la caída del “hombre fuerte de Panamá”, ante los pronósticos que mostraban estos sondeos de opinión, el periódico El Nuevo Día de Puerto Rico publicó una reseña el 16 de abril de 1994 que evidenciaba claramente el ambiente que se vivía en nuestro país.
A continuación, el extracto más importante de este artículo:
«El presidente Guillermo Endara atizó el ambiente político panameño al agitar frente a los votantes el fantasma del general Manuel Antonio Noriega, advirtiendo que si triunfa el opositor del Partido Revolucionario Democrático (PRD), favorito en las encuestas, el país volvería a caer en los vicios del régimen militar derrocado en 1989… el presidente revivió los tiempos de Noriega al presentar una serie de vídeos de es época como pruebas de la corrupción y represión del anterior gobierno, y pedir implícitamente a los ciudadanos no votar por el PRD, aliado de los regímenes militares desde que fue fundado el 1978 por el desaparecido general Omar Torrijos».
Persuasión inteligente
El espectro de un pasado doloroso no evitó que el partido de Omar Torrijos se reivindicara en las elecciones del 8 de mayo de 1994. Una vez pasada la euforia del triunfo en las urnas, el 1 de septiembre, durante su juramentación como mandatario para el quinquenio 94-99, el Dr. Pérez Balladares dijo: «Un país no puede resolver sus problemas si quedan todavía residuos de un pasado de tinieblas. Es imprescindible cerrar ya el capítulo Noriega».
Es importante destacar que la inesperada llegada al poder del PRD no ocurrió únicamente porque la gente estuviera desilusionada por las promesas incumplidas de la administración del presidente Endara. «También fue importante en todo este proceso la forma como comunicamos nuestro proyecto de país. Aunque inicialmente en nuestro imaginario no estaba lograr la presidencia, nos empeñamos en estructurar propuestas concretas, desarrolladas a partir de las expectativas nacionales. Fue un arduo trabajo introspectivo del que salieron decenas de documentos con ideas puntuales que fuimos perfeccionando hasta tener el “Plan Maestro” que implementaríamos si llegábamos al Palacio de las Garzas», explica el presidente Ernesto Pérez Balladares en su autobiografía.
En cuanto al impacto del fantasma de Noriega, el periodista James Aparicio, que en aquel tiempo ejercía el cargo de Director Asistente del diario La Estrella de Panamá, considera que, a simple vista, era «lógico» pensar que el triunfo electoral del PRD materializaría el regreso del noriguiesmo, «pero eso no era posible por varias razones», explica. En este vídeo que dejamos a continuación, el licenciado Aparicio recuerda algunas de las iniciativas del líder perredista para vencer el estigma del ex hombre fuerte de Panamá.