Entre septiembre de 1993 y mayo de 1994 comenzaron a aparecer los resultados de diversas encuestas y proyecciones sobre quién podría asumir la Presidencia de la República para el quinquenio 1994-1999.
Los primeros en documentar las expectativas del electorado en esta nueva etapa democrática del país fue el Centro de Estudios Latinoamericanos, CELA, “Justo Arosemena” – una asociación de profesionales dedicada a investigaciones en torno a las ciencias sociales en Panamá y Latinoamérica. En los archivos del presidente Ernesto Pérez Balladares reposan tres de los informes publicados por esta entidad autónoma, en los que se observa la evolución que fue teniendo la opción presidencial de «El Toro».
También se desclasificaron los estudios de las consultoras Dichter & Neira, Cid Gallup y Magna Polls; así como una comparación de las pronósticos con los resultados oficiales de las elecciones del 8 de mayo de 1994.
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Según el Informe N° 1 del CELA, correspondiente a septiembre 1993, el dirigente del Partido Papa Egoró, Rubén Blades, concentraba las preferencias electorales de la población encuestada a finales de agosto. “Sin embargo, el 68% de la población en edad para votar señaló que aún estaba indeciso en cuanto al candidato o que no iba a acudir a las urnas en mayo de 1994“, indicaba el boletín. Blades tenía 11.8% de las preferencias, Ernesto Pérez Balladares 8.8%, Mireya Moscoso el 3.7% y Ricardo Arias Calderón el 1.4%. Aunque el líder de Papa Egoró punteaba en esta encuesta, ese partido político ocupaba el segunda lugar de las preferencia (18%), después del PRD (31%) y por encima del Partido Demócrata Cristiano y el Arnulfista (14%), y el MOLIRENA (12%). El estudio del CELA se expandió a las tendencias electorales según la edad, sexo, nivel de educación e ingreso de los electores.
El Informe N° 2 del CELA, de noviembre 1993, señalaba que “Rubén Blades y Ernesto Pérez Balladares eran las figuras presidenciables que mayor cantidad de preferencias recibieron“; en una muestra tomada en 650 hogares, con 938 personas entrevistadas, en los cinco distritos que conformaban el Área Metropolitana. El documento exponía también que todavía predominaba la indecisión (60%) y que probablemente eso tenía que ver con que aún faltaban 5 meses para la contienda, que la mayoría de los partidos estaban por celebrar sus convenciones para escoger sus candidatos y que muchos esperaban por los resultados de las negociaciones de alianzas entre los movimientos políticos. En este segundo estudio, realizado por Centro a finales de octubre, también se hizo una evaluación de la distribución de los simpatizantes de los partidos según el nivel de ingresos y educación, sexo y edad. Otro aspecto interesante es que se encontró que 68% de los encuestados no tenía preferencias partidarias, el PRD acumulaba 12.6% de apoyo, Papa Egoró 4.5%, el partido Arnulfista 3.7%, MOLIRENA 3.6% y el PDC 2.8%.
En el Informe N° 3 del CELA, enero 1994, se podía leer como primer titular “Pérez Balladares toma ventaja en las preferencias“. En esta encuesta realizada a finales de diciembre de 1993 en una muestra de 1.219 hogares y realizando 2.681 entrevistas a nivel nacional, el Toro obtenía un apoyo de 13.1% de los encuestados, seguido por Rubén Blades con el 9.3%, Mireya Moscoso con el 5.3%, Guillermo Ford con 3.9%, Rubén Carles 3.5% y Ricardo Arias Calderón 3.1%. En cuanto a la indecisión electoral, para esta medición se ubicó en 61%, siendo más común entre las mujeres. Otro detalle interesante fue la observación de que Pérez Balladares atraía a los electores con edades comprendidas entre los 26 y 40 años; mientras que a su más cercano contrincante lo preferían los más jóvenes, que estaban entre los 18 y 25 años. Por otra parte, el PRD seguía posicionado en el primer lugar de los partidos con más simpatizantes a nivel nacional.
El compendio de documentos desclasificados incluye una comparación de los resultados de las encuestas del CELA con los estudios de las consultoras Dichter & Neira y Cid Gallup. También un artículo publicado por el periódico El Nuevo Día de Puerto Rico el 16 de abril de 1994 en que se señala que el gobierno del presidente Guillermo Endara “atizó el ambiente político panameño al agitar frente a los nuevos votantes con el fantasma del general Manuel Antonio Noriega, advirtiendo que si triunfa el opositor Partido Revolucionario Democrático (PRD), favorito en las encuestas, el país volvería a caer en los vicios del régimen militar derrocado en 1989“. Esta publicación extranjera expone reveladores datos que explican por qué, a pesar del “fantasma de Noriega“, el PRD lograba en los sondeos un 38% de las preferencias electorales.
Finalmente, entre los archivos de Pérez Balladares se encontró una encuesta realizada por Magna Polls entre el 3 y el 4 de mayo de 1994, pocas horas antes de las elecciones; así como una comparativa de los resultados oficiales de las elecciones de mayo de 1994, que ganó Ernesto Pérez Balladares con un respaldo de 33% de los votos, y las predicciones electorales de la consultora Dichter & Neira. En este análisis se señalan tres elementos que produjeron la caída de 7 puntos de la candidatura de Rubén Blades:
- La identificación de la bandera y la dirigencia de Papa Egoró con el comunismo,
- los cuestionamientos personales al mismo Blades y
- el rumor de un cambio de moneda en caso de que el popular cantante llegara a la Presidencia.