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Fondo Fiduciario para el Desarrollo

Como una estrategia para el futuro, nuestro gobierno utilizó el capital que dejó las privatizaciones de las empresas del Estado. Creamos el gran ahorro nacional.

La reestructuración de las empresas estatales durante el quinquenio 1994-1999 generó al país una entrada de dinero fresco de más de 1.300 millones de dólares.

Consciente del riesgo de despilfarro de estos ingresos extraordinarios, como ocurrió en la mayoría de los países latinoamericanos que pasaron por el proceso de privatización, la administración del Dr. Ernesto Pérez Balladares pidió a su equipo encontrar un mecanismo para aprovechar estos recursos a mediano y largo plazo.

En los primeros 100 días de gobierno, al ministro de Planificación, Guillermo Chapman, se le ocurrió crear una especie de alcancía nacional, a la que llamó “Fondo Fiduciario para el Desarrollo” (FFD).

Así fue como el gobierno de Pérez Balladares fomentó una cultura de ahorro proyectada hacia las próximas generaciones. El enfoque era aportar el capital para una reserva a la que se podría recurrir en caso de que Panamá sufriera alguna coyuntura puntual, como una catástrofe natural o una recesión profunda. En este vídeo que dejamos a continuación, el propio Dr. Chapman explica los detalles de su idea.

Base legal

En el Consejo de Gabinete del 26 de noviembre de 1994 se presentó la Resolución 590-94, con la que se aprobó desarrollar un Proyecto de Ley 20 que establecería las reglas de juego para ese Fondo. Clic aquí si quiere descargar las actas del día.

Seis meses después, el 17 de mayo de 1995, la Asamblea Nacional aprobó por mayoría la Ley 20 del 17 de mayo de 1995, clic aquí para descargarla. En esta legislación se estipuló que se el FFD tendría varias fuentes permanentes que continuarían aportando recursos, como las ventas/concesiones realizadas por la Autoridad de la Región Interoceánica (ARI) – que se encargó de manejar las propiedades que quedaron de la administración norteamericana del Canal – o las utilidades que se obtuvieran de la inversión de los fondos y reservas.

También se estableció que este ahorro nacional no debía ser utilizado para gastos corrientes del Estado, ni para inversiones, ni para garantizar préstamos. Solo se podrían usar los intereses de ese capital para emergencias.

Deformado

«Desde el año 2000 sufrió modificaciones, que resultaron en importantes mermas a su capital. Mientras que a finales de 1999 el 95% del capital era líquido, a mediados de la administración Torrijos solo el 5% del monto total cumplía con esa condición. Mientras el monto total del FFD sumó en 1999 mil trescientos millones; en 2007 la cuantía se desmejoró sustancialmente para totalizar unos 1.120 millones». Estos señalamientos son parte de una columna de opinión publicada en La Estrella de Panamá titulada «El FFD y la tozudez de los gobiernos», en la que se exponen la involución que sufrió el ahorro nacional legado por el presidente Pérez Balladares apenas terminó su mandato. Clic aquí para leerla completa.

En el gobierno de Mireya Moscoso se dio la primera modificación a la ley original, para permitir usar el capital del Fondo en obras sociales con el pretexto de reactivar la economía. Posteriormente, alegando deficiencias y pocos parámetros de blindaje político, a través de la Ley 34 de 2008 sobre Responsabilidad Social fiscal se derogó la Ley No. 20 de 15 de mayo de 1995 que creó el Fondo Fiduciario para el Desarrollo.

La estocada final fue la Ley 38 de junio de 2012, que creo el Fondo de Ahorro de Panamá (FAP), y una serie de modificaciones posteriores:

  • Decreto Ejecutivo No. 1068 de 6 Septiembre 2012: Reglamenta la Ley 38 de 5 de junio de 2012, que crea el Fondo de Ahorro de Panamá y modifica la Ley 34 de 5 de junio de 2008, sobre Responsabilidad Social Fiscal.
  • Ley 87 de 4 de diciembre de 2012: Modifica un artículo de la Ley 38 de 2012, que crea el Fondo de Ahorro de Panamá.
  • Ley 48 de 6 de agosto de 2013: Modifica tres artículos de la Ley 38 de 2012, que crea el Fondo de Ahorro de Panamá.
  • Ley 51 de 10 de octubre de 2018: Modifica cuatro artículos de la Ley 38 de 2012, que crea el Fondo de Ahorro de Panamá.

«Lo más irónico de este asunto es que la preocupación por el uso de esos dineros no se extendió al compromiso de seguir alimentando la alcancía. NINGÚN gobierno después del nuestro se ha ocupado de hacer crecer lo que dejamos», señala el presidente Ernesto Pérez Balladares en su libro El Panamá que Construimos.

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