El Niño 97-98

El Despacho de la Primera Dama fue clave en la ejecución del Plan Nacional de Contingencia frente al fenómeno climático y el Pacto Unidos por la Sequía.

Como las huellas dactilares de los humanos, no hay dos El Niño exactamente iguales. Por ejemplo, un área de agua más cálida en el Pacífico norte que se conoció como «la mancha» durante el evento de El Niño de 2014-2016 no estaba allí durante El Niño de 1997, aunque esta edición de finales del siglo XX fue considerada el evento climático más fuerte en comparación con los registrados anteriormente.

Según estimaciones publicadas en 2002 en «Evolution of El Niño–Southern Oscillation and global atmospheric surface temperatures«, de Kevin E. Trenberth, las sequías generalizadas entre 1997 y 1998 causaron la muerte aproximadamente de 16% de los sistemas de arrecifes del mundo y calentó temporalmente la temperatura del aire en 1,5°C, en comparación con el aumento habitual del 0,25°C asociados con eventos de El Niño.

El Panamá América. 25 de septiembre de 1997. Página 6C.

En Panamá y Centro América nadie se salvó. Los meses más difíciles fueron marzo, abril y parte de mayo de 1998, cuando las fuentes de agua llegaron a su nivel mínimo y las temperaturas alcanzaron su máximo punto. Este fue el período más crítico para la actividad ganadera de carne y de doble propósito en toda la región.  Los incendios forestales estaban a la orden del día, se presentaron conflictos por el uso del agua y se incrementaron enfermedades de tipo respiratorio, entre otras calamidades. De acuerdo con una estimación de CEPAL, en sumatoria, las pérdidas solo en el sector agropecuario llegaron a los 475 millones de dólares en los países afectados: Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Honduras y Belice.

Los pescadores de la región también sintieron el embate del Niño. La elevación de la temperatura en las aguas del Océano Pacífico impactó fuertemente en la distribución y actividades de muchos tipos de peces y crustáceos, especialmente en aquellos que no tienen tolerancia a cambios térmicos. Para sobrevivir a la brusca subida de la temperatura, estas especies marinas se desplazaron considerablemente de su ubicación habitual y eso incidió directamente en los costos de captura porque los pescadores también tuvieron que moverse e invertir más tiempo para lograr buenas pescas.

Contingencia panameña

En el caso específico de Panamá, el Arco Seco, el área del país donde menos llueve y que se extiende desde la Provincia de Coclé, continúa en Los Santos, Herrera y llega hasta Veraguas, fue naturalmente la más afectada por esta brutal sequía. Pero también fue importante el impacto en el Darién, Bocas del Toro, Chiriquí y la comarca Ngäbe-Buglé. La situación era desesperante para casi 60 mil familias que no tenían nada que comer.

Al presidente Ernesto Pérez Balladares le preocupaba que empezara un proceso de migraciones forzadas, como estaba ocurriendo en muchas pequeñas localidades centroamericanas.  Fue entonces cuando impulsó el «Plan Nacional de Contingencia frente al Fenómeno del Niño» y promovió la creación del pacto «Unidos por la Sequía», en el que la Primera Dama, Dora Boyd de Pérez Balladares, tuvo un importante papel por su capacidad de organización y eficiencia para apoyar toda una logística que permitió al gobierno nacional blindar la seguridad alimentaria de todas las personas afectadas.

Por espacio de un año la Licda. Dora Boyd de Pérez Balladares dio prioridad al programa masivo de distribución de alimentos que benefició a más de 53 mil familias campesinas en todas las áreas afectadas. Muchas poblaciones estaban tan aisladas que se tenía que llegar en helicóptero. El apoyo de la Policía Nacional y del Servicio Nacional Aeronaval fue indispensable para este fin.

Otras de las acciones de su Despacho fue la compra de equipo de riego, la construcción de 90 mil mini represas y mil cien pozos, para reforzar el programa de arroz por fangueo. El patrocinio del programa “Panamá La Verde”, a través del cual se suministraron semillas para reforestar el Arco Seco como una medida para combatir el cambio climático. Este proyecto fue de la mano con otro que se llamó “Plantando a América”, con el que se enseñaba a los niños cultura ambiental para que pudieran valorar la importancia de la naturaleza en nuestras vidas, individual y colectivamente.

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