La primera reglamentación del servicio exterior panameño ocurrió el 11 de julio de 1957 con la Ley No. 10. Casi tres décadas después, en 1989, el texto fue derogado por el gobierno de turno; dejando en el vacío la carrera diplomática y consular hasta el 10 de febrero de 1990 cuando se restableció su vigencia mediante el decreto de Gabinete No. 35.
Sin embargo, este instrumento legal no institucionalizaba la carrera diplomática y consular; lo que resultaba problemático ante la indetenible globalización y las expectativas en torno a los nuevos paradigmas que aquello suponía.
La administración del presidente Pérez Balladares inició con la firme intención de rescatar la imagen internacional del país, promover las relaciones económicas internacionales y coordinar la transición y la transferencia del Canal. En ese contexto, se hacía aún más indispensable lograr la profesionalización de los que aspiraban representar internacionalmente a la nación. Por eso, durante sus primeros 100 días de gobierno, específicamente el 26 de noviembre de 1994, en Consejo de Gabinete, se discutieron y aprobaron los proyectos de leyes que regularían el Servicio Exterior y establecería la Carrera Diplomática y Consular.
A partir de ese momento se dio un complejo proceso de consulta y difusión, encabezado por el Asesor Legal de la Cancillería, Dr. Adolfo Ahumada, que culminó con la sanción de la Ley 28 del 7 de julio de 1999, que dicta la Ley Orgánica del Ministerio de Relaciones Exteriores y Establece la Carrera Diplomática y Consular. También con el Decreto Ejecutivo 135 del 27 de julio de 1999, que reglamenta el título II de esa Ley No 28.