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Beijing 1995: El empoderamiento femenino

Entre el 4 y el 15 de septiembre de 1995, la Organización de las Naciones Unidos (ONU) congrega en la capital de la República Popular de China las delegaciones de 189 países en lo que se conoció como la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer. Tras 11 días de intensa actividad, aquel concilio culminó con la aprobación de una declaración y planes de acción para el empoderamiento femenino, la equidad de género y la erradicación de todo tipo de discriminación y violencia contra las mujeres.

Con objetivos en 12 esferas cruciales – como la mujer y la pobreza, la mujer y la salud, la violencia contra la mujer, educación y capacitación de la mujer, la mujer y los conflictos armados, la mujer y la economía, la mujer en el ejercicio del poder, mecanismo institucionales para el adelanto de la mujer, derechos humanos de la mujer, la mujer y los medios de difusión, la mujer y el medio ambiente y el tema de las niñas – la Plataforma de Beijing se consolidó como una guía de responsabilidad de los Estados en materia de igualdad de género a través de planes, presupuestos, políticas públicas y marcos legales. Clic aquí para descargar:

Panamá presente

La representación de nuestro país estuvo encabezada por la Primera Dama de la República, Licda. Dora Boyd de Pérez Balladares, acompañada de varios representantes del Estado y de la sociedad civil: Cynthia Graham, directora de Bienestar Social del Ministerio de Trabajo, la economista Mariela Arce, la trabajadora social y profesora universitaria Dalys Batista de Pérez, Leonor Calderón, María Enriqueta Sánchez, Carmen Miró, Gloria Young y Dagmar Araujo de Álvarez.

La delegación oficial panameña fue elegida como una de las cinco vicepresidencias para los Estados de la región de América Latina y el Caribe en la conferencia, junto a Bahamas, Brasil, Colombia y Cuba. Su responsabilidad era reunirse y coordinar todo lo que tenía que ver con los Estados de la región.

Uno de los puntos más polémicos de tratar con los delegados de los países centroamericanos fue el tema de la educación sexual y derechos reproductivos, “porque en ese momento casi todos tenían la postura conservadora de la Iglesia”, recuerda doña Dorita, quien fue oradora en la conferencia. Clic aquí para leer: Discurso Primera Dama en la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer.

Impacto nacional

Seis meses antes de Beijing, el movimiento de mujeres en Panamá se reunió para discutir los artículos planteados en la propuesta de plataforma de acción de Beijing, presentados por la ONU como un “borrador”. Ese trabajo preparatorio abrió la brecha para un importante conocimiento de la materia en Panamá, pues tocó estudiar a fondo la situación de la mujer en nuestro país, procurando la precisión en indicadores económicos, políticos, sociales, culturales, que se midieron con toda la rigurosidad científica.

Después de Beijing 95, los primeros mecanismo gubernamentales asumidos por el gobierno de Ernesto Pérez Balladares para honrar los acuerdos alcanzamos fueron la creación de  oficinas de la mujer en distintas entidades del sector público que se especializaron en programas dirigidos a la mujer de acuerdo a cada institución. Entre las primera estuvo la oficina de la mujer del Ministerio de Educación, hoy desaparecida.

Como fue acordado, esta conferencia se convirtió en la guía para el desarrollo del amplio programa que ejecutó Pérez Balladares en materia de Equidad de Género, incluso en la relativo a políticas específicas relacionadas con la mujer, juventud y familia. Todo esto vino a complementar las iniciativas que concretó El Toro en torno a la erradicación de violencia intrafamiliar, apenas asumió la administración de la nación.

Paralelo a la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing, Naciones Unidas también realizó – 30 de agosto al 8 de septiembre del 95 – el Foro de Organizaciones No Gubernamentales Huairou, al norte de Beijing. A esta actividad también acudieron Mariela Arce y Dalis de Pérez.

Datos curiosos

  • Para las integrantes de la delegación panameña fue impactante conocer la difícil situación que pasaban muchas mujeres en otros países, como la mutilación genital, el no tener derecho a opinar o ser agredidas físicamente en público por adulterio o por cualquier otra falta que cometieran.
  • En la conferencia también participaron hombres, aunque eran minoría.
  • Había corrientes de pensamientos fundamentalistas de Oriente, donde no se reconocían los derechos de las mujeres ni de las niñas. También se encontraron sectores de África que no reconocían en lo absoluto ningún derecho a herencia, a tenencia de propiedad, a tenencia de tierra, ni hablar de los derechos humanos de las niñas y de los niños.
  • Todas estas estadísticas ocultas en cuanto a violaciones de derechos humanos se convirtió en un reto de investigación posterior a Beijing.

 

 

 

 

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